JUAN AVENTROT, TRADUCTOR DEL CATECISMO DE HEIDELBERG, QUEMADO POR LOS INQUISIDORES EN TOLEDO

Este comerciante flamenco, que había residido y negociado muchos años en las Islas Canarias, que mandaba sus barcos y escritos al Perú y prestaba dinero a la Corona y abogado por la Libertad Religiosa en una audiencia con el rey Felipe IV. Fue apresado por la Inquisición y envíado a Toledo. Y tras siete meses de cárcel, fue quemado vivo el 22 de mayo de 1632. "Su nombre está escrito en el cielo. Y más gloriosa que todas las memorias históricas de la capital antigua de España, es para los amantes de la verdad la memoria de la hoguera en la plaza de Zocodover, donde el traductor del Catecismo de Heidelberg, como fiel confesor, recibió de su Salvador la corona de gloria"