Rodrigo de Valer
"Cerca del año 1540 vivió en Sevilla un Rodrigo de Valer, natural de Lebrija. Este Valer pasó su juventud, no en virtud ni en ejercicios espirituales, no en leer ni en meditar la Sagrada Escritura, sino en vanos y mundanos ejercicios como la juventud rica lo suele hacer... En medio de estos vanos ejercicios, no se sabe cómo ni por qué medio, Dios lo tocó, trocó y mudó en otro hombre bien diferentes del primero , de tal manera que cuanto más había antes amado y seguido sus vanos ejercicios tanto más después los abominó, detestó y dejó, dándose con todo su corazón y poniendo todas las fuerzas de su cuerpo y de su entendimiento en ejercicios de piedad, leyendo y meditando la Sagrada Escritura.
Muchos, no entendiendo el misterio que Dios obraba en Valer, tuvieron tan súbita y tan grande mutación , por locura y falta de juicio. Mudado de esta manera, Valer tenía gran dolor y arrepentimiento de su vana vida pasada, y así se empleaba todo en ejercicios de piedad, hablando y tratando siempre de los principales puntos de la religión cristiana, leyendo y meditando la Sagrada Escritura, y diose tanto a leerla, que sabía gran parte de memoria, la cual aplicaba muy a propósito a lo que trataba. Tenía cada día en Sevilla continuas disputas y debates con clérigos y frailes, decíales en la cara que ellos eran la causa de tantea corrupción. Así nuestro Valer, viendo tan noble ciudad como Sevilla dada a tanta superstición idolatría, y tan llena de escribas y fariseos, de tantos clérigos y frailes, disputaba con ellos en las plazas y calles: los reprendía y convencía por a Escritura. El mismo Dios, que antiguamente hizo hablar a San Pablo, hizo hablar a Valer: y como Pablo fue tenido por novelero y loco, así también Valer fue tenido por otro tal. Viéndose los nuevos fariseos tratados de esta manera, demandábanle de dónde le hubiese venido aquella sabiduría y noticia de cosas sagradas; de dónde le vía aquella osadía de tratar así tan descalzadamente a los eclesiásticos, que son los pilares de la Iglesia, siendo él seglar, y no habiendo estudiado, ni dándose a virtud, más antes habiendo tan mal empleado su juventud den vanidades.. Demandábanle: ¿Con qué autoridad hacía esto? ¿Quién lo había enviado? ¿Qué señal tenía de su vocación ? Estas mismas preguntas hicieron los viejos fariseos a Jesucristo y a sus apóstoles.
A estas preguntas respondía Valer cándida y constantemente. Decía que él había alcanzado aquella noción de cosas sagradas, no de las hediondas lagunas de sabiduría humana, sino del Espíritu de Dios que hace que ríos de verdad corran de los corazones de aquellos que verdaderamente creen en Cristo. Decíales que Dios y la causa que trataba, le daban osadía y atrevimiento ; decía que este Espíritu de Dios no estaba atado a ningún estado, por más eclesiástico que fuese... Decía que Cristo lo había enviado. En conclusión, hablando tan libre y constantemente, fue llamado de los inquisidores, Disputó Valer valerosamente de la verdadera Iglesia de Cristo, de sus males y señales, de la justificación del hombre y de otros semejantes puntos principales de la religión cristiana. Excusole por entonces su locura (como los inquisidores la llamaban ) y así lo enviaron: pero confiscándole primero todo cuanto tenía. Donoso medio para hacer a un loco volver en sus sesos, quitarles sus bienes. Valer, con toda esa pérdida de bienes no dejó por eso de proseguir como había comenzado."
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Cristo es quien merece toda nuestra atención al estudiar la historia
El canal "La 2" de Radio Televisión Española grabó estas imágenes del profesor y pastor José de Segovia en 2015, con ocasión de la celebración del 500 Aniversario de la Reforma Protestante. El video congela en el tiempo un magistral resumen de siete minutos, que apunta a lo más importante de lo que ocurrió durante el siglo XVI en toda Europa. Puedes acceder a más podcasts o videos de José de Segovia en Entrelineas.org