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Recortes
de prensa
sobre los protestantes españoles |
09 Marzo 1999 |
LA PRIMERA BIBLIA EN CASTELLANO
FUE ESCRITA POR UN MONJE DE MONTEMOLÍN EN 1569
Unos 300 ejemplares del Libro en diversas lenguas, en una exposición
La primera Biblia escrita en lengua castellana fue obra
de un monje extremeño, Casiodoro de Reina, nacido en Montemolín en 1569, adelantándose
así más de 200 años a la primera edición conocida impresa en esta lengua. Con
Cipriano de Valera, nacido cerca de Fregenal de la Sierra, contribuye de manera
determinante a la divulgación de los textos bíblicos entre el pueblo, en abierta
oposición a la doctrina de la Iglesia, por lo que ambos fueron considerados
herejes y perseguidos por la Inquisición.
Unos 200 volúmenes de la Biblia en otras tantas lenguas representativas de los
cinco continentes, se muestran desde ayer en la sala de exposiciones del Teatro
López de Ayala con motivo de las I jornadas culturales organizadas por la Sociedad
Bíblica.
Entre ellos figura un ejemplar facsímil de la "Biblia del oso", así conocida
la de Casiodoro de Reina por el animal que aparece en su portada, distintivo
del impresor. Fue editada en Basilea en 1569 tras doce años de preparación en
diferentes países europeos por los que el religioso extremeño viajó en su exilio.
Fue la primera Biblia publicada en lengua castellana, contraviniendo los dictados
de la Iglesia que que prohibían la divulgación del Libro en otras lenguas que
no fueran las cultas. Durante siglos esta obra figuró en el Índice [catálogo
de libros considerados perniciosos] y su autor perseguido por el Tribunal de
la Inquisición.
Versión directa
Que se adelantara más de 200 años a las ediciones en castellano no es la única
particularidad de la "Biblia del oso". Como señala el historiador Gabino Fernández
Campos, director del Centro de Estudios para la Reforma, Casiodoro de Reina
se aparta de la línea tradicional católica de utilizar la Vulgata de San Jerónimo
como fuente de referencia y traduce directamente de los textos griegos y hebreos,
lo que otorga mayor autenticidad a la obra.
Por supuesto, señala Fernández Campos, existían versiones manuscritas de la
Biblia en castellano, pero éstas permanecían en los monasterios y no eran accesibles
al pueblo. De hecho, agrega, otro extremeño, Benito Arias Montano, utiliza esos
textos monacales para la redacción de la Biblia Políglota en la que colabora
e incluso traduce al castellano El cantar de los cantares.
Esa monumental obra se escribe en diferentes lenguas que sólo unos pocos conocen,
lo que impide que la Biblia sea accesible al pueblo. No será hasta 1790 cuando
aparecen los primeros textos autorizados en castellano, con un retraso de 221
años sobre la "del oso".
De la obra de Casiodoro de Reina su paisano y compañero de exilio Cipriano de
Valera realiza una versión en la que introduce los siete libros deuterocanónicos,
esquema que a partir de entonces sería repetido.
Otro perseguido
Este monje jerónimo nace en la cortijada de Varela, cerca de Fregenal de la
Sierra, y fue condiscípulo de Arias Montano. Profesa también en el monasterio
de San Isidoro del Campo, próximo a Sevilla, de donde tuvo que huir para librarse
de la Inquisición.
Gracias al exilio pudo salvar la vida, aunque en 1562 fue quemado "en efigie"
por su heretismo. Profesor en Cambridge y Oxford, Cipriano de Valera prepara
en Inglaterra su obra, aunque por las dificultades para imprimir allí su revisión
de la obra de Casiodoro de Reina, se traslada a Amsterdam, donde la publica
en 1602. Aparece así la segunda Biblia en castellano que, como la primera, pasa
al Indice de Libros prohibidos. De esta obra se expone también un ejemplar facsimilar.
Estos dos extremeños contribuyen así de forma determinante a la divulgación
de la Biblia en abierta oposición a la doctrina de la Iglesia católica que reservaba
ese libro sólo a los entendidos. Entre los protestantes, sin embargo, las obras
de estos dos extremeños tuvieron una gran penetración.
De estos personajes hablará hoy ampliamente el historiador Gabino Fernández
Campo en la conferencia que pronunciará esta tarde, a las 20.00 horas, en la
Casa de la Cultura con el título "Traductores extremeños de la Biblia en el
siglo de oro".
LA BIBLIA , EN CASTÚO
Sin lugar a dudas, la Biblia es el libro más traducido de la historia y pocos
idiomas o dialectos no disponen de alguna versión de este libro universal. Entre
los 200 ejemplares que se muestran en la exposición montada en el Teatro López
de Ayala figuran las lenguas representativas de los cinco continentes. Quizá
la más curiosa sea la traducción en lengua 'cree' que habla una comunidad esquimal
de Canadá. Para Gabino Fernández Campo, sólo la Carta de las Naciones Unidas,
a gran distancia le sigue en número de versiones.
En la exposición no faltan las traducciones a lenguas o dialectos del Estado
español como el vascuence, el bable o el catalán. El historiador no tiene constancia
de que exista una Biblia en castúo aunque tiene referencia de que se ha abordado
esa tarea.
Por ahora todo lo que se cuenta en habla extremeña es «El evangelio según San
Mateo. Traducción ar castúo parlá de Extremadura», obra de AntonioPérez Muñoz,
de Puebla de Sancho Pérez. «En algunos textos de Luis Chamizo o Gabriel y Galán
se recogen pasajes bíblicos escritos en el habla popular extremeña, pero son
frases aisladas», comenta Fernández Campo.
El historiador resalta la nueva línea que se sigue ahora de superación de los
antagonismos religiosos históricos para abordar la redacción de la Biblia desde
un punto de vista multiconfesional, libros que valen para todos los credos de
signo cristiano.
La llamada Biblia de Jerusalén es, en ese sentido la obra de mayor valor y la
más difundida en la actualidad, fruto del trabajo de un equipo de diferentes
confesiones.
LA BIBLIA EN CALÓ, DE GEORGE BORROW, FUÉ CONCEBIDA
EN BADAJOZ
El antecedente de la Biblia en caló, el idioma de los gitanos, surge precisamente
en Badajoz, donde recala hacia la mitad del siglo pasado George Brown. Procedente
de Portugal, este inglés vendedor de biblias llega con su carga de libros a
lomos de un asno a la capital pacense. Aquí entraría en contacto con el mundo
gitano de la ciudad y su peculiar forma de vida, que le hace concebir la idea
de hacer una traducción a este habla de los textos bíblicos. Realiza así la
primera traducción al romance del Evangelio según San Lucas. Según explica Gabino
Fernández Campos, este peculiar personaje tiene una extraordinaria capacidad
de asimilación de los idiomas y llega a dominar varios de ellos. George Brown
es conocido también por su obra «La Biblia en España», un libro de viajes de
gran valor literario donde hace una descripción minuciosa de las condiciones
de vida y la situación de la España en el siglo pasado, obra de la que se conocen
varias traducciones.