Aunque no abundan los estudios sociológicos sobre los protestantes españoles, la encuesta que he realizado entre doscientas iglesias, de la España peninsular e insular, y que reúne la información de doce mil miembros comulgantes; nos ayuda a conocer con precisión algunos datos sobre su distribución por sexos, edad, estado, educación y profesión.
Mientras la población general española, se reparte entre
49% de hombres y 51% de mujeres; los evangélicos son, respectivamente,
el 43'43 y 56'57. Aunque no llegamos al desequilibrio católico,
que reúne al 35% de los hombres y al 65% de las mujeres, en sus
misas.
Reina y Valera, nos dieron la primera traducción completa de la Biblia al castellano. Que pronto pasó a las Américas y hoy sigue circulando con una venta anual que alcanza los dos millones de ejemplares.
Su legado literario, con traducciones bíblicas, obras teológicas y textos políticos; comenzó a rescatarse en el siglo pasado por Luis Usoz y sus colaboradores. Con lo que nació la biblioteca de Reformistas Antiguos Españoles (RAE).
La extensión de la Reforma en España, no se limitó a Valladolid y Sevilla; pues conocemos de su existencia por todo el territorio peninsular e insular. Pero la Iglesia Católica Romana, con Trento y el Tribunal de la Inquisición, intentaron exterminarles. Y así lo hemos leído en los libros de texto hasta nuestros días.
Durante los siglos XVII y XVIII, sometidos a la más arriesgada y castigada clandestinidad, los evangélicos españoles sobrevivieron; pero con pérdidas sensibles tanto por las sentencias inquisitoriales como por el exilio voluntario. Sabemos de tres mil quinientos procesos, que pueden corresponder al 70% de los reales.
Algunos de los nombres imprescindibles de este período son los
siguientes: Tomás Carrascón, Jaime Salgado, Vicente Soler
y Felix Antón de Alvarado.
Pronto, junto con los templos o incluso antes que estos, se fundan escuelas de primera enseñanza y las sociedades Bíblicas distribuyen la Palabra de Dios en castellano, catalán y eusquera.
En este periodo son fundamentales los nombres de Francisco de Paula
Ruet, Manuel Matamoros, Juan Bautista Cabrera, Antonio Carrasco, Guillermo
I.Knapp, Jorge Lawrence, Federico Fliedner, Francisco Palomares, Alicia
Gordon Gulick, Samuel Vila, Ernesto Trenchard, Daniel Vidal, Antonio Rodríguez
y José Cardona.
Con la Constitución de 1978, la Ley de Libertad Religiosa, de dos años más tarde, y el Acuerdo de Cooperación del Estado Español con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), en vigor desde noviembre en 1992; están empezando a superarse quinientos años de intransigente monopolio religioso.
Y aunque no existe plena igualdad con la mayoría católica, la condición de cristianos y españoles de los evangélicos ya no supone motivo discriminatorio ante la ley.
Otra cuestión es si los católicos y los medios de comunicación, se actualizarán o continuarán contaminando a la opinión pública confundiendo a las sectas con las Iglesias Evangélicas y no reconociendo las contribuciones que han hecho a la espiritualidad, la cultura y la libertad en España.
Por Gabino Fernández Campos