A esto se le añade el problema de la metodología que se promueve en estos materiales y que sigue un modelo constructivista, el cual es muy lento en el trabajo en el aula y obliga a escoger temas muy concretos: el resultado es que la Edad Moderna Universal queda reducida en la práctica docente a la explicación del funcionamiento de las sociedades del Antiguo Régimen, lo cual limita al mínimo las posibilidades de un estudio medianamente serio de la Reforma. Aunque la mayor parte de los libros de texto publicados hasta el presente no siguen una metodología constructivista y sí un modelo clásico más descriptivo y diacrónico (más adecuado a las demandas de la mayor parte del profesorado) suelen reducir el estudio de la Edad Moderna a una o dos UU.DD. (cuando aparece una segunda se refiere al siglo XVIII) y la Reforma suele reducirse a mínimos, salvo en contados casos. Lo penoso es que un tema clásico y fundamental en la historia de nuestro continente y de las civilizaciones en general, haya desaparecido prácticamente del currículo actual.
2. CÓMO TRATAR LA REFORMA.
Con lo dicho hasta ahora se ha de considerar que normalmente se le
dedicará a la Reforma entre 1 y 3 sesiones del curso y el tema quedará
directamente relacionado con el inicio de la Edad Moderna, es decir, con
el Renacimiento. Para un buen desarrollo no se pueden olvidar algunos problemas
con los que nos encontraremos:
El alumno tendrá un desconocimiento total, pues no lo habrá
tratado en cursos anteriores. A ello se le unirá un vago rechazo
que subsiste en la mentalidad colectiva; sabrán que no es un tema
lejano y por tanto no se puede estudiar con la frialdad de otra religión
o corriente de pensamiento: la influencia de los medios de comunicación,
una ambigua relación con el fenómeno sectario y la consideración
de ser un tema religioso favorecerán este sentimiento peyorativo.
Finalmente, también se ha de tener en cuenta que el porcentaje de
alumnos que tienen un difuso conocimiento de la doctrina básica
católica es bastante elevado: en ocasiones, uno se extraña
de que sean muy pocos los que saben el número de sacramentos admitidos
por la Iglesia Católica o, simplemente, qué es un sacramento.
Esto hace que el alumno no tenga nexos de unión para relacionar
la información que se le está aportando. Si a ello le unimos
el escaso conocimiento sobre la Reforma que suele tener el profesorado,
no nos debe extrañar que se suela tratar de una forma descriptiva,
planteando tópicos nacionalistas y cuestiones sociales, que poco
sirven para aclarar el fondo de la Reforma.
Ante lo dicho, la propuesta es muy concreta: al alumnado se le deben
facilitar (tal y como plantearía el constructivismo) documentos
y materiales didácticos sobre la Reforma que permitan, en primer
lugar, aclarar de una forma significativa los conceptos básicos
que generan la ruptura y, en segundo, esquematizar las diferencias doctrinales
entre Roma y la Reforma. El estudio de dichos conceptos deberá de
facilitar al alumno la comprensión de las causas de la Reforma,
si bien aquí hay que apuntar un error muy frecuente: no se suele
distinguir entre las causas propiamente dichas del hecho en sí y
aquéllas que colaboran tan sólo a su triunfo en ciertos lugares
de Europa. Es triste que se reduzcan a estas últimas cuando cualquier
historiador serio sobre el tema nos plantea esta distinción . No
deberíamos de huir de la relación de la Reforma con el Renacimiento
y la aparición de la ciencia moderna, pues ayudará a comprender
el momento en el que fue posible y triunfó este movimiento frente
a la Iglesia Medieval, como comienzo de un proceso que nos lleva a nuestros
días: muchos de los conceptos polémicos en aquel entonces
han acabado siendo admitidos por nuestras sociedades y por Roma, puesto
que al fin y al cabo se estaba incubando la modernidad.
Otro problema más difícil de resolver es el de cómo
introducir la Reforma Radical. Aquí lo ideal sería poder
expresar la trascendencia del pensamiento religioso que se gesta en esta
última y la configuración del denominacionalismo protestante.
Pero este asunto, repito, es de difícil solución:
Así pues, la Reforma se limita en las EE.MM. a un episodio histórico,
tratado en poco tiempo, de forma parcial y sin ninguna vinculación
con la actualidad. Posiblemente esto sea parte de un currículo oculto,
es decir, quizá es lo que se esté pretendiendo transmitir.
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