Retomando el tema que dejamos atrás acerca de las facilidades con las que cuentan los músicos evangélicos en esta infraestructura, tenemos que destacar los locales de las iglesias, que pueden servir tanto para ensayar como para, durante unos instantes, convertirse en un interesante escenario para las actuaciones. Y esto último no sólo para los miembros de esta iglesia local, sino también para grupos y solistas que estén interesados en llevar sus canciones a otras ciudades, y a la vez sean correspondidos en este interés por los líderes locales.

2. COROS UNIDOS:

Son incontables las iniciativas, unas prósperas y otras no tanto, de unir voces de diferentes ìglesias con el fin de formar coros unidos, desde los que se interpretan tanto canciones clásicas como contemporáneas. Entre los coros más prestigiosos bien podrían citarse la Coral Aleluya o el Coro Unido de Madrid.

5.3. CONFERENCIAS:

Las actuaciones de esos coros, al igual que la de los músicos o grupos, se han hecho ya habituales en las conferencias evangélicas. De hecho, hoy día da la impresión de que una actuación musical es un reclamo imprescindible si es que alguien desea ver juntos a una buena cantidad de creyentes. Esto se acentúa especialmente en las conferencias para jóvenes, donde el grado de gravedad es realmente preocupante, como es el caso de ‘Días Jóvenes’ o ‘Visión Juvenil’.

5.4. FESTIVALES:

También han sido importantes los festivales que han estado juntando diferentes nombres bajo un mismo cartel. Desde aquel 28 de febrero de 1970, en el que se celebraba el ‘Primer Festival de la Canción Evangélica’ hasta hoy, han sido muchos los festivales de este tipo. De entre los más recientes, destacar ‘Sela Festival’ de Sela, ‘Juntos’ de Bálsamo Producciones, o el ‘Festival de Gospel’ en Castellón,... festivales que raras veces logran cubrir sus objetivos mínimos de asistencia. 

5.5. CAFÉ-CONCIERTOS:

El típico ‘coffee-house’, que tanto éxito tuvo en los años setenta en los Estados Unidos, ha tenido también varios pretendientes en diferentes ciudades españolas. Estos ‘café-conciertos’, como se les suele llamar, han servido muchas veces como escenario para estos músicos cristianos, siempre en un contexto fuera de cualquier contacto con, por ejemplo, el tabaco o el alcohol, tan presente en las salas normales de la ciudad. Destacar, por ejemplo, en Madrid: ‘Música Viva’ (Nuevo Amanecer y Adolfo Rivero) y ‘Las tardes del pescador’ (Iglesia de la calle Irún y Miguel Rosell). Este ha sido uno de los últimos intentos de acercar la música hecha por cristianos al público inconverso, sin embargo aun este no parece haber encontrado la solución que les saque del contradictorio dilema de estar haciendo música para quien, en la realidad, no la puede oír.